– Dígame una última cosa -pidió Harry-. ¿Esto es real? ¿O está pasando sólo dentro de mi cabeza?
(…)
-Claro que está pasando dentro de tu cabeza, Harry, pero ¿por qué iba a significar eso que no es real?

– Conversación Harry y Dumbledore
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
(Cap. 35, Pag. 607)

sábado, 16 de julio de 2016

Unicornios




Creo que toda mujer debería, al menos una vez en su vida, pasar por una sesión profesional de fotos para una editorial. Pero con todo: un gran fotógrafo, las luces, el maquillaje, peluquería, estilista...y por supuesto los retoques finales de photoshop.
Que no se me malinterprete, por favor, no lo digo para que puedan sentirse “princesas por un día” ni ninguna mandanga de esas, lo digo porque creo que solo así, viéndose sin ser capaces de reconocerse a ellas mismas, podrán entender y asumir de verdad hasta qué punto es todo una ficción, y de esta manera, tal vez podrían sentirse liberadas de la presión que supone intentar parecerte a ese modelo a seguir, cuando no es siquiera real.
Las actrices, modelos y cantantes que aparecen en las distintas revistas o anuncian determinadas marcas saben de sobra de qué va el juego, saben que es una ficción, una irrealidad con la que se vende, publicita o promociona algo (aunque sea simplemente a su propia persona). No voy a hablar de los abusos del retoque por ordenador que han denunciado (y con toda razón) varias compañeras últimamente, no creo que haga falta, pero sí creo necesario que quede muy clarito que, incluso sin esas aberraciones, sigue siendo una ilusión.
Es triste que a día de hoy, lo que ya debería ser una obviedad, siga sin serlo. Es triste comprobar que tantísimas mujeres se ven frustradas por no tener ese pelazo, o esa piel tan tersa (con independecia de la edad), esa mirada rasgada, o esa cinturita de avispa. Es la zanahoria, queridas! ¿O alguna vez en vuestras vidas la hamburguesa de la marca en cuestión se ha parecido mínimamente a la del anuncio?
No me meto con la industria, ni con los productos, pero insisto en que si toda mujer pasara por ahí, respiraría mucho más tranquila, sería mucho más libre, y mucho más feliz, que a fin de cuenta ES DE LO QUE SE TRATA.
Nos pasa lo mismo que al pobre rinoceronte de la viñeta...un unicornio es hermoso, hermosísimo, por supuesto...pero el hecho es...que no existe.

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