– Dígame una última cosa -pidió Harry-. ¿Esto es real? ¿O está pasando sólo dentro de mi cabeza?
(…)
-Claro que está pasando dentro de tu cabeza, Harry, pero ¿por qué iba a significar eso que no es real?

– Conversación Harry y Dumbledore
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
(Cap. 35, Pag. 607)

lunes, 22 de mayo de 2017

Una "pedrá" en la cabeza


Hoy he estado hablando con una persona de once años.  De igual a igual.
No voy a redactar la conversación por respetar la privacidad de esta persona, pero que sepáis que su sinceridad sin disfraces me desarmó.
Yo intentaba hacerle entender que hay situaciones en las que hay un daño que no puedes evitar,  que son cosas que pasan, y que en todo caso nada tiene que ver con lo que sientan los adultos por ella. Yo intentaba hacerle comprender que la vida a veces no es fácil,  que las relaciones humanas son muy complejas por mucho que intentemos lo contrario, y que lo único que tenía que tener claro es que a ella la querían. Yo pretendía decirle que, como adulta que soy, tenía en mí una aliada para lo que necesitara,  que nosotros, los adultos, sabemos bien lo que nos hacemos aunque ella aún no pudiera entenderlo...y entonces ella me miró y simplemente dijo: "Tenéis una pedrá en la cabeza ".
Punto, set, y partido para ella.
Nacemos con la clarividencia de un sabio ante las cosas fundamentales de la vida, pero por alguna razón que no alcanzo a entender, pervertimos esa capacidad de sentir, de amar y ser amados de una forma pura, honesta y generosa, para transformarnos en estos seres perfectamente grises y anestesiados  llenos de miedo y dudas.  Al "qué ", que es la jodida esencia, le añadimos el "por qué ", el "para qué ", el "cuánto ", el "cuándo " y el "cómo", y aniquilamos toda posibilidad sentir sin más.
 No era tan complicado.
No es tan complicado.
Joder, cuánto perdemos al socializarnos,  al domesticarnos.
Si solo se trata de mirarnos a los ojos y dejar que ocurra lo que tiene que ocurrir. Si solo se trata de cuidarnos. En manada. Todos y a todos. Qué cojones nos pasa? Por qué tenemos esta pedrá en la cabeza?
Ojalá no dejáramos nunca de tener once años.