– Dígame una última cosa -pidió Harry-. ¿Esto es real? ¿O está pasando sólo dentro de mi cabeza?
(…)
-Claro que está pasando dentro de tu cabeza, Harry, pero ¿por qué iba a significar eso que no es real?

– Conversación Harry y Dumbledore
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
(Cap. 35, Pag. 607)

miércoles, 10 de junio de 2015

Adiós, Encarna.



He llegado a casa, me he bebido un par o tres de cervezas, he quitado el rojo de las uñas que me ha acompañado durante un año, y me he cortado el pelo (a mí misma, sí, sin saber, sí).
Solo entonces he roto a llorar.
No es la primera vez, y confío en que no será la última, porque soy actriz. Actriz. Y eso significa que cuando tienes que llevar de la mano a un personaje que va a durar mucho en el tiempo, te ves obligada a desprenderte un poquito de ti misma para dejar pasar con generosidad a esa nueva alma que tendrás que vestir, porque las dos, por entero, no caben en este cuerpito de apenas 1´60 con cuarenta y cinco kilos de peso. Y lo haces, lo haces a cuchillo porque se lo merece, y tú también.
Y sin darte cuenta absorbes parte de su esencia, de la misma manera que le has regalado parte de la tuya. Y ocurre. Y esa convivencia de dos seres en un mismo cuerpo es de lo más normal...hasta que un día llega la última secuencia. Porque aunque sabes que tiene que ocurrir y de hecho quieres que ocurra, hay partes de tu cuerpo que ya no son capaces de existir sin esa otra.
Y llega el vacío, y el tener que ir desincrustando al personaje de la original, con cuidado, casi con la veneración de un arqueólogo re descubriendo a una reina olvidada y hundida en la tierra...y aun así yo soy yo, pero llevo conmigo diminutos guiños, pinceladas de todos aquellos personajes que fui. Me las he quedado para honrarlos. O porque he sido incapaz de desprenderme, que todo puede ser.
Hoy he dicho adiós a Encarna Lapiedra, pesonaje que he llevado de la mano durante un año en "Amar es para Siempre". Y con ella a compañeros del alma. Y con ellos a un equipo de ensueño...así que he llegado a casa, he bebido un par de cervezas o tres, he quitado el rojo de las uñas que me ha acompañado durante un año, y me he cortado el pelo...