– Dígame una última cosa -pidió Harry-. ¿Esto es real? ¿O está pasando sólo dentro de mi cabeza?
(…)
-Claro que está pasando dentro de tu cabeza, Harry, pero ¿por qué iba a significar eso que no es real?

– Conversación Harry y Dumbledore
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
(Cap. 35, Pag. 607)

sábado, 17 de septiembre de 2016

Que vivan los pechos de Paula Echevarría



Que vivan! 
Siendo grandes, pequeños, recios, blandos, mirando al frente o siendo estrábicos... que vivan! Que los luzca si quiere y si no quiere no, que haga lo que se le cante del naipe.
Que ya está bien, coño, ya está bien. Que una de las actrices que más está triunfando en nuestro país, que irradia como ella sola, con la que todas las marcas quieren bailar por su arrolladora influencia mediática, tenga UN TITULAR DE PRENSA PARA CRITICAR SU ESCOTE Y LA FORMA DE SU PECHO...patético. Patético quien lo escribe y patético quien lo publica. Que parece que en este país triunfar está prohibido y mucho más si eres mujer.
Que una de las actrices más queridas del panorama televisivo actual esté haciendo su trabajo en una alfombra, hermosa y poderosa, para que el/la mediocre de turno, en vez de hablar de su trabajo, o de lo entregada que está a sus fans, o de la promoción de su serie, se dedique a criticar la forma de sus senos...ay! CUÁNTO MACHISMO Y CUÁNTA ENVIDIA...
Repito: que vivan los pechos de Paula Echevarría, sean como sean, y que viva sobre todo lo que hay alrededor de esos pechos, que es una mujer deslumbrante, que se ha hecho a sí misma sin necesidad de pisar a nadie ni de meterse con nadie, que tiene tal cantidad de seguidores que cualquier cosa que haga o diga será tendencia. Y a los que no les guste, pues que no miren.

Nota: particularmente creo que estaba hermosa, con ese vestido amarillo.

martes, 30 de agosto de 2016

"Y Peter Pan dejó de volar"


Sergio pasea en su carrito todos los días. Y cada día, en esos paseos, pasa por la puerta de mi casa. Y cada día, cada vez que pasa por la puerta de mi casa, los perros salen a ladrar (sin ninguna acritud especial, es lo que hacen cada vez que cualquier ser vivo pasa por la puerta).
La diferencia entre Sergio y cualquier otro ser vivo es que su madre le dijo la primera vez que esto ocurrió, que mis perros lo que hacían era ir a saludarle, que esa era su forma de saludar. Así que Sergio, cada vez que pasa por la puerta de mi casa grita "hola guau guaus" "hola peritos" e incluso ladra, mientras agita la manita lleno de felicidad.
Una vez su madre me contó que de hecho, la rutina del paseo es ir a buscar distintos animales para saludarles, así que se van hasta el pantano para ver a los patos (cuando los hay), pasan por la parcela abandonada donde vive la jauría de gatos, y por supuesto, parada obligatoria es mi casa. -Hija, no sabes el disgusto, que hemos ido esta mañana y los debías tener dentro porque no salió nadie "a saludarle"!- me dice mientras sonríe complice.
Después de semejante confesión, en su siguiente encuentro, incluso abrí la verja para que Bitxo fuera a rechupetearle las manos y la cara: en los primeros segundos Sergio no supo cómo gestinar semejante invasión de su kinesfera, pero como su mamá se rió a carcajadas y le dijo -Ay, qué bien, cuántos besos! pues el niño resolvió que aquello debía ser fantástico y se rió a carcajadas también.
Hoy no ha sido así.
Hoy Sergio ha empezado a ladrar desde el carrito según se acercaba a la verja, pero no lo llevaba su madre, sino su abuela. Bitxo, Pumba y Bola hicieron lo propio mientras el niño comenzaba a reir...pero entonces su abuela, mujer maravillosa y amorosa donde las haya, ojo, y probablemente desconociendo todo este ritual le dijo (no exenta de verdad): -No los asustes, cielo. Los perros te ladran porque tú les ladras primero y les asustas, no les digas nada.
Sergio puso los ojos como platos, se le borró la sonrisa, y ya no dijo nada más.
Pasaron de largo.

Nota: sí, esa es mi verja. Y sí, ese es Bitxo.

sábado, 16 de julio de 2016

Unicornios




Creo que toda mujer debería, al menos una vez en su vida, pasar por una sesión profesional de fotos para una editorial. Pero con todo: un gran fotógrafo, las luces, el maquillaje, peluquería, estilista...y por supuesto los retoques finales de photoshop.
Que no se me malinterprete, por favor, no lo digo para que puedan sentirse “princesas por un día” ni ninguna mandanga de esas, lo digo porque creo que solo así, viéndose sin ser capaces de reconocerse a ellas mismas, podrán entender y asumir de verdad hasta qué punto es todo una ficción, y de esta manera, tal vez podrían sentirse liberadas de la presión que supone intentar parecerte a ese modelo a seguir, cuando no es siquiera real.
Las actrices, modelos y cantantes que aparecen en las distintas revistas o anuncian determinadas marcas saben de sobra de qué va el juego, saben que es una ficción, una irrealidad con la que se vende, publicita o promociona algo (aunque sea simplemente a su propia persona). No voy a hablar de los abusos del retoque por ordenador que han denunciado (y con toda razón) varias compañeras últimamente, no creo que haga falta, pero sí creo necesario que quede muy clarito que, incluso sin esas aberraciones, sigue siendo una ilusión.
Es triste que a día de hoy, lo que ya debería ser una obviedad, siga sin serlo. Es triste comprobar que tantísimas mujeres se ven frustradas por no tener ese pelazo, o esa piel tan tersa (con independecia de la edad), esa mirada rasgada, o esa cinturita de avispa. Es la zanahoria, queridas! ¿O alguna vez en vuestras vidas la hamburguesa de la marca en cuestión se ha parecido mínimamente a la del anuncio?
No me meto con la industria, ni con los productos, pero insisto en que si toda mujer pasara por ahí, respiraría mucho más tranquila, sería mucho más libre, y mucho más feliz, que a fin de cuenta ES DE LO QUE SE TRATA.
Nos pasa lo mismo que al pobre rinoceronte de la viñeta...un unicornio es hermoso, hermosísimo, por supuesto...pero el hecho es...que no existe.

viernes, 10 de junio de 2016

"Estás en una edad complicada"



¿Os suena, compañeros actores?
Porque así denominan en nuestro gremio a las actrices a partir de los 40 años: "Edad complicada".
Os hago un resumen breve: En general, todo actor o actriz empieza sus andaduras en el mundo audiovisual sobre los 17-22 años. Hay excepciones, claro, yo misma conozco a gente que trabaja desde los 12 o no ha empezado hasta los 40, pero no es lo normal.
Pues bien, en el caso de las mujeres, salvo actrices muy muy consagradas (tenéis sus nombres en las cabezas, no hace falta que los verbalice), la recompensa por llevar media vida o más trabajando, con más o menos talento que nuestros compañeros varones, con más o menos éxitos en nuestro haber, es entrar en una "edad complicada". Os lo traduzco: no eres la joven pibonazo que buscan para ser protagonista, pero tampoco llegas a la edad de la madre de la jóven pibonazo...y como tras tus más de veinte años de trayectoria, Y COMO DE VERDAD TE RESPETAN COMO ACTRIZ, QUE NO ES IRONÍA, tampoco te quieren dar un papel de dos o tres secuencias tontas...simplemete, te quedas fuera del proyecto. DE TODOS LOS PROYECTOS.
Llevo años comentando que no es ni normal ni justo que en la ficción, de forma natural, la pareja de un actor de más de cuarenta sea una mujer de menos de treinta, pero nos lo comemos. Sin embargo, si fuera diferente, necesitaríamos alguna explicación.
¿Y bien?
¿Sabéis qué creo? Creo que, como de momento (pese a grandes profesionales mujeres dentro del mundo del guión, la dirección y la producción) el mundo del audiovisual es de hombres, a las de nuestra edad no nos conocen. No saben interactuar con nosotras, así que no nos escriben. Porque si nos miraran a los ojos, descubrirían mujeres impresionantes, que vienen de vuelta, que son libres y fuertes. Somos mujeres en la plenitud de la vida y de la creatividad. Poderosas, talentosas, sabias y hermosas en nuestras distintas formas...y no saben qué hacer con ello. Insisto: simplemente, no nos conocen.
Hay casos aislados, por supuesto, pero son muy aislados así que por favor, ni lo intentéis rebatir.
En Estados Unidos, cómo no, ya se están dando cuenta, y empiezan a tomarnos en cuenta en todo nuestro esplendor, tanto en cine como en televisión. Aquí...ya llegará, confío.
ASÍ QUE POR FAVOR: COMPAÑERAS JÓVENES, LUCHAD DESDE YA PARA QUE ESTO CAMBIE Y NO OS PASE A VOSOTRAS. COMPAÑERAS DE MI QUINTA: ÁNIMO, OS ADMIRO OS RESPETO Y OS DOY LA MANO. COMPAÑERAS DE MÁS DE 50: SOIS MUSAS Y REFERENTES, NEGÁOS A ESCUCHAR LO CONTRARIO.
Y A TODOS LOS DEMÁS DE NUESTRO MUNDO: MIRADNOS A LOS OJOS, TENEMOS MUCHO QUE DAR.
Nota: "Edad complicada" es la adolescencia, de toda la vida, no me jodas.

sábado, 12 de marzo de 2016

Somos ese pueblo alemán




Una de las grandes preguntas que me ha rondado siempre por la cabeza desde la adolescencia, y esto no es broma, es: ¿Qué hacía mientras tanto el pueblo alemán?
No es una pregunta abstracta, no hablo moralidad: hablo del día a día. ¿Qué hacía mientras tanto en su día a día el pueblo alemán? Quiero decir, algo he leído y visto en documentales, pero siempre me rondadaba la misma duda, ¿en serio? Porque es imposible, porque no se puede cometer semejante crimen contra la humanidad sin que nadie se dé cuenta, sin que nadie intente detenerlo. Imposible. Física y estadísticamente imposible, quiero decir.
Hoy, sábado 12 de marzo del 2016, de repente tengo una posible respuesta a cómo pudo ocurrir. Porque hoy, sábado 12 de marzo del 2016, e incluso con la capacidad de divulgación inmediata que nos brinda internet (y esto, en relación al 42 me parece un agravante), estamos enviando a cientos de miles de seres humanos a campos de concentración en el vertedero de Europa, en lo que pretendemos que sea "el puto culo del mundo y del olvido de Europa", a saber, Grecia y Turquía.
Y digo "estamos", porque lo "estamos" haciendo entre todos. Lo estamos permitiendo entre todos. Por fin lo entiendo. "Somos" ese pueblo alemán. Porque aunque digamos que "no es en nuestro nombre", lo cierto es que los hemos colocado nosotros ahí para que tomen las decisiones. Porque aunque nos duela el alma con las imágenes y entendamos que se está cometiendo una injusticia de dimensiones bíblicas, lo cierto es que es desde nuestras casas, con nuestros cafés y nuestros pequeños (o grandes, ojo) dramas cotidianos. Lo cierto es que no nos levantamos como leones en la defensa de tantos seres humanos indefensos que luchan por sobrevivir. 

Lo cierto es, que somos "ese" pueblo alemán.

Nota: De verdad que es solo una reflexión, que no pretendo culpar a nadie (o sí). De verdad que es solo que al fin he encontrado la respuesta a una de las grandes preguntas que me ha rondado siempre por la cabeza desde la adolescencia.
Nota 2: Me aterra pensar que dentro de cincuenta años, una adolescente me pregute: "¿Pero en serio nadie lo veía? ¿En serio nadie hizo nada? Pero si vosotros sí que lo veíais!" Y a mí se me ponga la cara colorada, y no sepa qué contestar.

viernes, 5 de febrero de 2016

La culpa de todo es de la tele



 Acabo de entrar (como cada mañana) en un portal de televisión, para ver un poco audiencias, y las noticias. No se por qué lo hago. Inercia, supongo.
Si ese portal refleja lo que es la televisión a día de hoy, o peor aún, si ese portal refleja lo que realmente le interesa al espectador de hoy, pues apañados vamos: prácticamente el 80% de la portada suele estar dedicada a los realities, y a las tontunadas que hacen sus protaginistas tanto dentro como fuera del plató.
Estaba yo pensando en esto con el primer café y el segundo cigarrillo cuando de repente se me encendió la bombilla: La culpa de todo es de la tele.
De repente entendí, o al menos justifiqué, por qué cojones de un tiempo a esta parte los españoles ya no nos soprendemos de nada, por qué permitimos con total pasividad el bochornoso panorama político que vivimos, las mentiras, los recortes, la corrupción, la indignidad de nuestros gobernantes, sus circos mediáticos...
Es que es un puto reality. Lo vivimos desde casa como un puto reality más. Igual es porque todo entra por la caja tonta y lo vemos todo desde la misma postura en el mismo sofá, pero el caso es que hemos confundido la realidad con la (¿cómo llamarlo: ¿ficción? ¿realidad guionizada?). Asistimos con las palomitas en una mano y el mando en la otra al espectáculo más decadente como si no fuera con nosotros, sin darnos cuenta de que, en realidad, somos los protagonistas. Con un solo clic saltamos del "hasta aquí" de Rajoy a la "bronca de Liz y Laura en la casa de GHVIP" como si fueran lo mismo.
Igual va siendo tiempo de apagar la tele, o al menos de tomar distancia y poner las cosas en su sitio. Igual va siendo tiempo de entender que nuestra vida, nuestro futuro, dependen directamente del circo político, y que nuestros problemas no se van a acabar simplemente haciendo zapping.
En fin. A un mes de tener o no Presidente, o de repetir las elecciones, o de sentar en el banquillo a Rajoy para hablar de los discos duros, y nosotros sin saber aún qué famoso será el próximo en entar en Gran Hermano Vip. 


Fascinante, ¿no?

domingo, 17 de enero de 2016

Persistencia



Ausencia reconstruida
en bucle
presencia alcanforada
en bucle.
Y el lazo como nudo.
Persistencia.
Permanencia
El charco como espejo
como cáliz
como forma de vida.
En bucle.
Cadena perpetua como cordón umbilical
Y tú
Siempre ahí
Enfermiza paciencia frente al charco
Ahorcando lo que fue
Aprisionado lo que será
Siempre tú
Siempre ahí
Siempre en bucle.

sábado, 16 de enero de 2016

La leyenda más triste


Cuentan que hace muchos años, tantos que el viejo olivo era apenas un retoño, vivió un hombre bueno y sabio, que tenía la fortuna de poseer el jardín más bello del mundo. Él se dedicaba con esmero y devoción a su cuidado, y éste le recompensaba creciendo cada vez más rico y variado en colores y aromas. Tantas y tan hermosas eran sus flores que provocaban la admiración de oriundos y forasteros, dando incluso fama a la aldea en que vivía. 
Un día, una de aquellas flores enfermó. No una flor de tantas, sino una de las más queridas por él. En su afán por salvarla, se dedicó a ella día y noche, con tanto mimo y entrega como solo un amante puede cuidar de su amada. Jamás se separó de su lado hasta que un día, al fin, su tierna flor empezó a recuperar la salud. 
Pero entoces ocurrió algo terrible: cuando, feliz y orgulloso miró alrededor, descubrió con terror, que todo su bello jardín había muerto. Tan obsesionado había estado por aquella única flor, que olvidó por completo el cuidado de las demás, dejándolas morir. Lloró y rabió, hasta que deseperado y consumido por el dolor y la culpa, él mismo murió de pena. No acaban aquí las desgracias de esta historia, pues como podéis imaginar, aquella flor tan querida y mimada, aquella que intentó salvar con devoción, pereció al cabo, al no tener a su dueño cerca para poder cuidarla.
 Con el tiempo todo se volvió malas hierbas y zarzas hostiles. Ya nadie visitaba el lugar. Y pasados muchos años y mil lluvias, incluso el nombre de la aldea cayó en el olvido...solo el viejo olivo lo recuerda, y sonríe con pena infinita.
Cuadro de Caspar David Friedrich

viernes, 15 de enero de 2016

"La historia tras la foto"



El camino del cole a casa era agradable. Tranquilo. Al vivir en una zona de casitas de pueblo y urbanizaciones, apartada de la ciudad y de las zonas turísticas, rara vez me cruzaba con alguien. Salvo este día.
Este día me topé con una pareja oriental, que tenía una hija de más o menos mi misma edad y complexión. No se en qué idioma me pararon y ocurrió esto que veis. Tal cual. Me preguntaron si podía posar para una foto junto a su niña, y después del clic, me pidieron que apuntara mi dirección en un papel para enviarme la foto por correo cuando estuvieran de vuelta en sun país. Y así ocurrió. Sin más.
Aún hoy, cuando veo esta foto, me pregunto a cuento de qué. ¿Les haría gracia retratar a una niña española? ¿Querrían hacer creer a sus familiares y amigos que su hija había hecho grandes amistades en el viaje? ¿Serían psicópatas que planeaban mi rapto y a última hora se arrepintieron? Y sobre todo: ¿habrá hoy en algún rincón de China, una tipa de 40 años que, cada vez que mira una foto, se pregunta quién cojones era aquella niña rubia y de uniforme?

No puedo evitar que mi imagión vuele buscando respuestas, señales, conexiones....
Qué cosas, la vida: la historia tras la foto es que, curiosamente, no hay historia...¿o sí?