– Dígame una última cosa -pidió Harry-. ¿Esto es real? ¿O está pasando sólo dentro de mi cabeza?
(…)
-Claro que está pasando dentro de tu cabeza, Harry, pero ¿por qué iba a significar eso que no es real?

– Conversación Harry y Dumbledore
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
(Cap. 35, Pag. 607)

lunes, 20 de abril de 2015

La historia del amor más puro



 Iban de la mano. Todo el rato. Y aunque había mucha más gente y ellos inteactuaban con todos, la dedicación y atenciones que se profesaban el uno al otro te hacían pensar que, en realidad, estaban solos en el mundo. De la mano. En algún momento Rodrigo cosiguió un helado mucho más grande que sus cabezas, un magnum blanco, que como es lógico, se iba deshaciendo en unos chorretones que le llegaban a la manguita remangada de su camisa azul. Demasiado helado para tan poco cuerpo. Entoces se detienen de su paseo y Rodrigo le muestra su tesoro a Lucas, y entiendo que este asiente, o algo, aunque yo no lo vea, porque Rodrigo le quita el chupete a Lucas y le enseña a degustar el manjar. Le explica por gestos que hay que chuparlo y que después puede darle un mordisco. Y Lucas lo entiende, y lo imita, y comienza a hacer lo propio mientras se le iluminan los ojos. Y se ríen a carcajadas los dos, mirándose a los ojos, mientras el mayor sostiene un chupete en una mano y un helado gigante como sus cabezas en la otra., y el pequeño llena toda su carita de crema. Y cuando Lucas ya no puede más de tanto dulzor, Rodrigo le vuelve a meter el chupete en la boca con suma delicadeza. Y se siguen riendo, y vuelven a entrelazar sus manitas. Y siguen paseando. Y entonces Rodrigo se pone a charlar con alguien y mientras, Lucas, le abraza la espalda y se la besa, feliz. Y vuelven a mirarse y vuelven a reír. Cómplices. Y yo estoy como hechizada por ellos. Cuánto amor, por Dios.
-¿Son hermanos?- le pregunto a Alba.
-No.
Y al poco me entero de que, de hecho, se acababan de conocer...o eso dicen sus padres. Porque esas almas estaban celebrando que al fin se habían vuelto a encontrar. No podía ser de otra manera.
Con apenas cinco y tres años, Rodrigo y Lucas me contaron la historia del amor más puro, y yo, cada vez que los pienso, sonrío, y sé que soy muy afortunada por haber asistido a ese reencuentro.

1 comentario:

belart dijo...

Además de ser muy buena actriz escribe usted muy bien. Ha sabido transmitir con gran sensibilidad y calidad literaria las vivencias y sentimientos hacia sus perros, y ahora esa muestra de amor que tuvo el privilegio de contemplar.

En su profesión echo en falta colegas que hablen de ella desde dentro de su trabajo. De especialistas ya existen, pero no actrices o actores que sepan o se hayan dedicado a hacerlo como una actividad complementaria. En muchas otras profesiones ocurre, ¿quién mejor para reflexionar y transmitir lo que se sabe que con la experiencia y el entusiasmo por el oficio que se ha escogido? ¿Tal vez porque es una actividad muy emocional y de la que es difícil el análisis objetivo? En este Blog tiene alguna entrada al respecto y he escuchado alguna entrevista estupenda que le han hecho. Con ello quiero decir que creo que tiene madera también. Sin quererme meter dónde no me llaman, le animo a ello, y si fuéramos amigos es posible que le lanzara el reto.

Es asombrosa la cantidad de magníficas nuevas jóvenes actrices y actores que aparecen continuamente y que se diría que lo han hecho toda la vida. Una tradición de lujo que se va encadenando a pesar de todas las dificultades de las distintas crisis económicas, además de las propias de la profesión.

Adjunto un enlace a una noticia que me ha animado a escribirle en esos términos:

http://www.lavanguardia.com/local/maresme/20150427/54430246179/julio-montserrat-homenaje-mataro.html

Un cordial saludo.