Sí. Era de esas que estaba anestesiada. De esas que vivía
tranquila en mi mundito piruleta porque, aparentemente, todo iba bien.
Reconozco que de vez en cuando oía muy lejana alguna voz que intentaba decirme
que no, que era mentira, pero prefería obviarla porque sonaba estridente y por
qué no reconocerlo, molesta. Ha tenido que venir ya no un lobo, sino una jauría
salvaje para que abriera los ojos. Y ahora, luchando contra ellos en plena
noche y con apenas un fósforo a modo de antorcha, me acuerdo de esos miles de
Pedros anónimos que me lo quisieron advertir.
Y es que nunca hubo un estado del bienestar real. No para
todos, aunque todos los que vivíamos sumidos en él quisiéramos pensar que sí…o
que igual no, vale, pero pequeñas injusticias aisladas tampoco eran para tanto,
¿no?
No quiero volver atrás. No podemos ser una sociedad
evolucionada si no atendemos a todas las voces, aunque suene a tópico new age
trasnochado. Son tiempos de cambio.
Renovarse o morir, no nos queda otra. Ya hemos asumido que el sistema está
podrido y no voy a entrar en quienes son los culpables, porque si hago un
ejercicio real de reflexión probablemente llegue horrorizada y con la cara
colorada a la conclusión que yo también soy culpable, aunque sea por sordera
parcial.
Creo que ahora se trata de terminar de tumbar este modelo
rancio y caduco de sociedad (de repente me viene a la cabeza L´Estaca, de Lluis
LLach) y de empezar a construir uno nuevo en el que de verdad palabras como
justicia, igualdad y solidaridad tengan
sentido. Es en defensa propia. Es la única salida. Por mi parte procuraré estar despierta y atenta para empezar
el viaje sin dejar a nadie atrás por el camino.
Y a todas esas voces que en su día
me gritaron para avisarme de su sufrimiento o para hacerme ver la que se nos venía
encima les doy las gracias, pero sobre todo les pido perdón, de verdad, por no
haber escuchado. Para todas ellas van
estos versos de Benedetti: ”Usted sabe
que puede contar conmigo, no hasta dos, ni hasta diez, sino contar conmigo”…ya
sabéis a qué me refiero, ¿verdad?
1 comentario:
Genial...
Publicar un comentario