Ojalá mis palabras fueran bates de béisbol y pudieran golpear tu cara hasta reventarla. Ojalá pudiera ver brotar tu puta sangre a borbotones y comprobar así qué jodido color tiene. Asco. Ojalá. Y ver de una puta vez cuál es la diferencia entre la tuya y la mía. Sangre. Eso que no corre por tu cuerpo porque naciste anestesiada y estéril. Yerma. Ojalá. Eso que según tú me separa de vosotros desde mi niñez. Eso que me tiene atada con cadenas invisibles a mi propia ira y a tu distancia. Quién cojones te crees que eres? Quién cojones sois los que miráis con los ojos vacíos de la autocomplacencia? No sois nadie. Y juzgáis. Y enfrentáis. Putos cobardes. Miradme a la cara. Mírame a la cara puta yerma de mierda. Asco. Ojalá. Y que conste que no te odio. No os odio. Pero como vuelvas a hacerlo, como te atrevas a nombrarme te juro que te reventaré la cara para pisar tu sangre con mis botas. Asco.
– Dígame una última cosa -pidió Harry-. ¿Esto es real? ¿O está pasando sólo dentro de mi cabeza?
(…)
-Claro que está pasando dentro de tu cabeza, Harry, pero ¿por qué iba a significar eso que no es real?
– Conversación Harry y Dumbledore
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
(Cap. 35, Pag. 607)
sábado, 10 de octubre de 2009
Sangre
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
si hay que pegar a alguien, si necesitas ayuda... alza tu puño y tienes a un puto ejercito a tu mando...
Gracias espartana.....
"Quién cojones sois los que miráis con los ojos vacíos de la autocomplacencia?"
...Me caes muy muy mal...
y me faltan muys
No quiero ni pensar qué hubieras escrito en el caso de Odiar.
Aunque a mí, personalmente, me la suda bastante, la verdad.
Publicar un comentario